El cambio climático, provocado por el uso desmedido de los recursos naturales, está generando en los países, sus sectores económicos, instituciones y ciudadanos un cambio en la mentalidad sobre esta problemática, de modo que todos nos volquemos a tener prácticas más amigables con el medio ambiente.
El sector de la construcción ha entendido su papel respecto al cuidado del medio ambiente y al impacto que tiene su quehacer y, en la última década, algunas empresas han incorporado a su modelo de negocios y portafolio de proyectos, edificaciones que han sido pensadas, diseñadas, construidas y habitadas bajo estándares ambientales.
Esto significa que un proyecto, antes de ser terminado, ha sido revisado y analizado teniendo en cuenta todo su ciclo de vida, es decir, ha sido pensado desde el diseño, los materiales que se van a utilizar, la fase de construcción y los recursos que se requieren para ello, la etapa de ocupación de los espacios y, también, su demolición y gestión de los residuos.
Un proyecto inmobiliario sostenible implica revisar con detalle cada uno de los momentos y recursos que se necesitan, buscando generar el menor impacto posible en el medio ambiente, por ejemplo, a disminuir la huella de carbono. Además, esta construcción sostenible, para que realmente sea considerada como tal, debe contar con certificaciones que respalden que esta cumple con los requisitos y estándares exigidos por las entidades regulatorias.
Certificaciones como la EDGE, LEED y FITWEL promueven las buenas prácticas en el diseño y construcción de proyectos inmobiliarios, así como el aporte al bienestar y calidad de vida de los propietarios. En la actualidad, Arconsa cuenta con un proyecto con certificación final EDGE, 7 proyectos con certificación preliminar EDGE y 9 proyectos en proceso de certificación.
¿Qué elementos hacen parte de la sostenibilidad ambiental?
Cuando hablamos de sostenibilidad ambiental en la construcción nos estamos refiriendo a que para ejecutar un proyecto inmobiliario se deben tener en cuenta factores como hacer una utilización de materiales y recursos naturales que no sean perjudiciales para el medio ambiente, que se haga un uso eficiente del agua y la energía, que se incorporen energías renovables y que se gestionen adecuadamente los residuos, tanto en el proceso de construcción como en el de demolición.
Cumplir con todo esto no solo beneficia a la compañía constructora, este beneficio también se traslada a los clientes, quienes en el uso de su vivienda generarán menores emisiones, gracias a que esta fue construida con materiales que la hacen más eficiente energéticamente, por lo que invertir en un proyecto sostenible disminuirá considerablemente los gastos. De igual forma, en algunos casos, los clientes podrán acceder a incentivos financieros y tributarios.
¿Qué beneficios obtiene el cliente al invertir en proyectos sostenibles?
Tal vez uno de los más importantes es contribuir al cuidado y preservación del medio ambiente, gracias a toda la gestión de diseño y construcción sostenible hecha previamente. Otro beneficio es el ahorro de energía y agua, que será notorio debido a los sistemas de captación de agua y las alternativas para consumir menos energía que sean incorporados en el proyecto; la conectividad urbana es otra ventaja, gracias a que los proyectos se ubican en lugares estratégicos donde los residentes pueden tener cerca otros puntos de interés a los cuales puedan acceder caminando y esto, por supuesto, contribuye a disminuir el uso de vehículos, bajando el porcentaje de huella de carbono e incentivando hábitos saludables.
Desde 2018 Arconsa le ha apostado al desarrollo de proyectos sostenibles, utilizando energías renovables, cuidando el agua y los materiales. Por medio de las certificaciones EDGE y LEED le apostamos a la construcción verde de nuevas viviendas para invertir con mejores estrategias que generen beneficios al planeta y ahorros a los propietarios de cada apartamento.